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SER MIGRANTE TAMBIÉN ES SER BUENO

Transformación y Crecimiento: El Viaje del migrante

SER MIGRANTE TAMBIÉN ES SER BUENO

marzo 1, 2024

Recuerdo que hace algunos años un profesor en la universidad disertaba sobre las razones por las cuales las personas emigran.  Confieso que aquello me resultaba confuso, se trataba de una realidad ajena para la Venezuela de 1980. Han pasado bastantes años de aquella clase y creo que hoy la recuerdo puesto que ahora soy un migrante.

Transformación y Crecimiento: El Viaje del Migrante

Las razones por las cuales las personas abandonan su país están en los libros de texto: guerras, hambrunas, dictaduras, falta de libertades, falta de oportunidades, desempleo, inseguridad, miedo, desesperanza, división social, etc. En Venezuela todas estas razones se produjeron juntas como un cataclismo perverso que causó el mayor movimiento migratorio de la historia en el hemisferio occidental, hasta ahora han huido alrededor de 8 millones de personas.  

Lo que no dicen en las clases ni en los libros de texto es que todo migrante recibe una nueva vida, recibe una nueva oportunidad. Un migrante, como ningún otro individuo, tiene la oportunidad de rehacer su vida transformándola en un ejemplo de trabajo bien hecho, de comportamiento solidario ayudando a otros y de crecimiento en los más nobles sentimientos humanos que en otras circunstancias seria mas difícil adquirir y desarrollar.

Descubriendo la Realidad Migratoria

El migrante se esfuerza en hacer el mejor trabajo, de eso depende su supervivencia. Debe estar a la altura en cualquier situación, ser puntual, respetuoso, hábil, empático, capaz de trabajar en grupos con diferentes nacionalidades, preparándose constantemente y mostrando esa simpatía que es parte de la identidad del extranjero. Cuando emigras conoces nuevas culturas, diferentes formas de hacer las cosas, otros puntos de vista, otras historias o las mismas contadas desde otro ángulo. El migrante se adapta cuanto antes, trata de ir más rápido que el nativo, aprende las técnicas, métodos y hasta los mejora.

El Desafío de Adaptación y Superación

El migrante desarrolla la fraternidad de manera consciente o inconscientemente. Ayuda a los que van llegando, se apunta en las instituciones solidarias, envía dinero a los parientes en muchos casos sosteniendo a la familia.  El haber salido de su país, casi siempre con una mano adelante y la otra atrás, te hace desarrollar el sentimiento de hermandad con tus paisanos y con los venidos de otros lugares. No es casualidad que las naciones con mayor  progreso y que tienen los sistemas socioeconómicos más igualitarios son aquellas que han acogido sin reservas la mayor cantidad de migrantes.

Sabemos que los valores son los fundamentos que sostienen una sociedad,  tal vez el gran salto exponencial, el cambio cualitativo, que adquiere el inmigrante es el de  crecimiento personal. Se trata de que ahora el migrante en su soledad, entre otras gentes, oyendo otras historias, conociendo otros lugares, viviendo en otras circunstancias, superando su duelo por el país abandonado, adaptándose y tratando de ser feliz, comprende internaliza y comienza a vivir bajo un conjunto de normas valores y principios que lo hacen ser mejor persona, tanto para él mismo como para la sociedad. 

Contribución y Esperanza para el Futuro

Aunque todos deberíamos poder vivir en la tierra donde nacimos con todos los derechos humanos garantizados sabemos que la realidad no es así. Sin embargo tenemos la esperanza en que los aportes que puedan dar los inmigrantes, con todo ese caudal de experiencias, conocimientos, vivencias y sólidos valores nos conducirán en el futuro a que nuestros países sean más justos.